viernes, 20 de febrero de 2009

Un, dos, tres, catorce, ventisiete, ... dos.
hace demasiado tiempo de casi todo y en cambio todo está vivo... pero es como el agua.
las transparencias que genera el agua cuando cubre cualquier cosa, las hace brillantes, claras, nítidas, irrealmente verdaderas... pero cuando se secan siguen siendo irrealmente verdaderas. no tan bonitas pero tuyas.
es como esas huellas que hacen los vasos sobre la mesa. Pueden ser lo que quieras, lo que tus ojos quieren ver en ese instante, pero aunque quieras ver algo soñado, no ES. Sólo es agua.
por suerte es agua.
Agua que se queda dentro,que te ayuda a crecer, a creer, a sentir, a mirar, a ver borroso por un instante de locura y sentir que fluye, y por ese pequeño instante de revolución, todo lo vale... al final lo que queda es la huella, !bendita huella! que hace que recuerdes que gracias al vaso sigues vivo, y si hay huella... es que hubo agua, es que hubo vaso... eso es fantástico.

El tiempo te da distancia, serenidad, calma, satisfacción de poder mirar detrás y poder sonreir con los ojos llenos, pero a veces te recuerda que sigues en el mismo puente sin pasar al otro lado.
gracias.