Queda ya lejos aquello de que "no importa equivocarse", que "de las caídas también se aprende"... cuando ya has caído demasiado y tus rodillas están llenas de costras tienes dos opciones: quedarte quieto o arrancarte las costras para que salgan unas nuevas. de todos modos te va a quedar a marca.
El proceso te lleva al sufrimiento de la duda, de la elección y como antes he dicho del error. Es indudablemente un camino de perdición. También es verdad que pasar por el mundo sin costras en las rodillas es como esos niños que vuelven del colegio con el uniforme limpio y peinados como por la mañana, cuando se fueron: se trata de una imagen real del aburrimiento.
Entonces, vamos a decidir si queremos vivir con costras y ser unos perdidos, o tener una imagen impoluta de aburrimiento y poca pasión... por ahora mis rodillas van a estar pegadas a la perdición... seguramente llenas de costras renovadas y errores enormes pero llenos de pasión... seguiremos creando.
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